DÍA INTERNACIONAL DEL VERMUT

Lo que hay que saber del mundo vermutero

El vermut forma parte de la tradición argentina. Fue una de las bebidas más populares durante varias décadas, una costumbre arraigada en los bares de nuestro país. Se había extinguido pero actualmente está en auge y hasta tiene su día: el 21 de marzo.

Hoy se celebra mundialmente el Día Internacional del Vermut, una bebida con una historia que se remonta a Hipócrates en el siglo V antes de Cristo y continúa hasta nuestros días en los que se ha convertido en tendencia en las mejores barras del mundo, en los mejores “ vermubar”.

En Italia son una escala obligada al atardecer, en cualquier ciudad o pequeño pueblo europeo. Al igual que su presencia coronaba los mejores momentos de tertulias en la Argentina de principio de siglo.

Solo o en cocktails, clásicos o innovadores, existen diversas variedades de él, cada una indicada para cierta ocasión y con diferentes características en boca y nariz como todo vino. El vermut es un vino, normalmente blanco, aromatizado con distintas hierbas aromáticas y especias, encabezado con alcohol vínico de calidad. La graduación del vermut varía entre 16 y 22 grados de alcohol por litro. Una bebida perfecta para el aperitivo que nos permite infinitas combinaciones. 

Ya no es noticia ni novedad que el vermut está viviendo en nuestro país un auge enorme. El crecimiento gradual y constante de su consumo ha impulsado, en los últimos años, la aparición de docenas de nuevas marcas, tanto por parte de bodegas como de productores artesanales.

Lo mismo ocurre con las vermuterías (cada vez más numerosas) y los bares, donde se lo usa en tragos y coctelería. Ideal para maridar con tapas, vedette de los picoteos. Todo la lo que hay que saber de esta espirituosa bebida.

Paleta de colores

  • Vermut rojo. Es la variedad clásica y de la más consumida. Su color más oscuro y rojizo es por el caramelo que se le añade. El sabor de este ingrediente se combina con el de las hierbas y especias entre las que se distingue más claramente la canela. El resultado es un vermut menos amargo y seco que el resto. Puede ir muy bien en la previa de la cena acompañando tapeos italianos como los arancini, bruschettas mediterráneas o el antipasto. 
  • Vermut blanco. El vermut blanco es habitualmente más dulce ya que en su fórmula no cuenta con algunas de las hierbas y especias más amargas. En este caso, el sabor lo dominan las notas a vainilla y de cítricos. Excelente para maridar con tabla de quesos y frutos secos en una instancia de apertura del apetito. Pero fundamentalmente como bajativo acompañando a los postres con base de chocolate, frutos rojos y/o secos.
  • Vermut rosado. Es el más ligero y suave, perfecto para el calor y el verano. Sofisticado y elegante cautiva los paladares más exigentes.Puede acompañar desde una pizza a un plato de pasta de salsas suaves. La acidez le da la posibilidad de barrer el paladar dejando todo listo para un nuevo bocado.
  • Vermut seco o dry. Se usa tanto en coctelería como en cocina. Es generalmente el más amargo, aunque el azúcar de la fórmula le aporta un mayor equilibrio. Su origen está atribuido a las tierras francesas y es especialmente utilizado para el Martini Dry.
  • Vermut Artesanal. Son los producidos por béquelos y grandes productores con recetas casi secretas. Se beben solos o en coctelería de autor, y acompañan tapeos y picadas.

Uno de uva criolla para iniciarse y no querer conocer más

En el Día Internacional del Vermut, Bodega Piedra Negra invita a probar un cóctel exclusivo de su Léonce Rosé Criolla en el bar Verne Cocktail Club, una vermutería que hay que conocer.

La destilería propiedad del bordelés François Lurton y su esposa Sabine propone degustar una de sus creaciones más celebradas por los consumidores y la alta coctelería: el Vermouth Léonce Criolla, un ejemplar que homenajea a la Criolla, cepa autóctona de Argentina que hoy vuelve a ser tendencia. Elaborado con uvas de Tupungato (Mendoza) en combinación con 21 botánicos, cítricos, especias y hierbas, esta bebida que lleva el inconfundible sello de la bodega ofrece aromas y sabores complejos, frescos y sorprendentes. Como todos los integrantes de la gama están elaboradas con plantas vinícolas implantadas por los colonos españoles en el siglo XVI.

Sus notas de cata dan aromas herbáceos a salvia, albahaca, manzanilla e incayuyo, proveniente del altiplano y conocido com el té de inca. De color rosado intenso evoca los vinos rosados franceses con una nariz y final de boca realmente extenso y sofisticado. La frescura de la uva criolla asociada a la quina, una corteza centroamericana que le aporta un sutil amargor. Para beber frío y consumir rápidamente, bien conservado en frío. Precio: $ 12.000.

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