Estamos a días de un gran descorche. Las fiestas nos invitan a brindar y muchas veces luego de una gran velada las botellas quedan con un restito, tentador, pero que mejor queda reservado para otra ocasión. Esos líquidos residuales en los vinos espumosos son un gran desperdicio a menos que se cuente con algunos cuidados de conservación.El vino es una bebida delicada y una vez abierto y expuesto al aire comienza el proceso de oxidación. Esto es lo que hace que el vino se eche a perder. La oxidación es un proceso químico que afecata el sabor y aroma del vino. El vino abierto corre el riesgo de desarrollar bacterias de ácido acético, dejando un sabor y olor amargo parecido al del vinagre. Al igual que la oxidación, esta bacteria también es un proceso químico, por lo que almacenar la botella abierta a baja temperatura puede ralentizar la reacción. Un vino espumoso abierto dura entre 1 y 3 días, aunque lo ideal es consumirlo el mismo día de la apertura. Esto se debe a que pierden su efervescencia rápidamente al exponerse al oxígeno. Pero existen algunas formas de conservar un cava, un prosecco o un champagne. Aunque no siempre se cuenta a mano esa tecnología.
Para conservar el vino espumoso, se puede utilizar un tapón especial para espumosos que ayude a preservar el gas. Como el Coravin, que permite volver a insertar CO2 en la botella el gas que ha escapado y pone a los vinos espumosos nuevamente deliciosos y crujientes por hasta 4 semanas más . Este sistema de conservación garantiza poder servir por copa , luego cerrar la botella con el tapón conocido como Coravin Sparkling y volver a insertar CO2 en el recipiente original . ¡Fácil de usar y el mejor regalo para cualquier winwlover aficionada o profesional!