Descubrir el alma de Esquel a través de sus sabores auténticos y sus platillos regionales puede ser una buena opción para aquellos además planean un retiro espiritual en algún destino paradisíaco de nuestro país. Esquel, el destino chubutense sigue sumando propuestas, circuitos a través de trails a pie, embarcados o en el viejo tren La Trochita, Y al Parque Nacional Los Alerces, muy castigado por los incendios de comienzo del verano se repone con acogedores, restaurantes y parrillas con vistas de postales se convierten en escenarios perfectos para que los protagonistas se luzcan.
Allí la gastronomía brilla y suma platos y frutos de bosque, desde el cordero patagónico, los frutos rojos y quesos artesanales, y para aquellos días en que la opción más respetuosa suele ser el pescado, los mejores salmónidos para saborear, infaltables y típicos de la región.
Buen momento para hacerse una escapada a la ruta de los vinos, un recorrido que recibe cada vez más turistas, con bodegas de alta gama y lodge o paradores viñateros con acomodadas tarifas. Incluye la bodega del fin del mundo, algunos donde se puede llegar en motorhome o simplemente en algo más de una hora desde que el avión aterriza en el aeropuerto local.
La fusión de influencias de los pueblos originarios y de los inmigrantes se puede descubrir y saborear en Esquel. Las delicias galesas, dulces o saladas, maridadas por la cervecera artesanal, forman parte de las experiencias más destacadas por quienes visitan estas tierras. En
el centro de la ciudad se puede disfrutar de la célebre cerveza negra con frambuesa, una variedad intermedia entre la Stout y la Porter, que se recomienda acompañar con chocolates y ahumados. Una alternativa para disfrutar de sabores especiales con una baja graduación de alcohol y una singular acidez, aroma y sabor provenientes directamente de la frambuesa. Emprendedores abocados a la producción de esta bebida hacen referencia al agua del lugar, al paisaje que rodea la elaboración e incluso a los lúpulos que se cultivan en la región, como algunos de los “condimentos” que la vuelven tan singular al
bendecido y la elaboración con agua de deshielo. Traza una distinción etaria en lo que a preferencias respecta: habitualmente, los jóvenes son los que más buscan nuevos sabores, diferentes estilos o cervezas de moda; y los de mayor edad son, en líneas generales, más conservadores y optan por los estilos tradicionales. Sin embargo, se destaca que los usuarios de mayor edad y experiencia, cuando prueban nuevos estilos o diferentes a lo convencional, se llevan una buena impresión de esta zona.
Las chocolaterías artesanales esperan y ya tienen listas las vitrinas con las mejores recetas ancestrales, logrando variedades de gustos con almendras, nueces, maní, avellanas, castañas, pasas, ciruelas, higos, caramelo, menta, entre otros gustos, afirmando esta costumbre milenaria, conjuga culturas europeas en la elaboración de chocolates artesanales, puros, templados, de excepción, adicionando productos de primera calidad, que hacen las delicias de grandes y chicos. Todas ellas también para maridar a solas, con una copa de vino; el Pinot Noir brilla en altura y para los que prefieren algo más power el Merlot, otra cepa tinta que tiene reacciones en cadena.
Una Semana Santa atípica, que provee 6 días para disfrutar al pie de la Cordillera de los Andes , una experiencia inolvidable.