Rosados que engañan

¿Qué es un vino clarete?

Se vinifican en forma diferente a los vinos rosados aunque más de una vez se los confunden con ellos. Cuestión de color y sutiles diferencias.

“Las apariencias engañan”,  nunca mejor aplicado el dicho que cuando se trata de distinguir vinos rosados de vinos claretes. Estos últimos de poca exhibición son muchas veces confundidos como los rosados, pero en realidad tienen características diferentes desde su elaboración. El nombre proviene de la perversión e imitación de «Claret», el vino pálido tinto de la ciudad francesa de Burdeos.  Y se diferencian con los vinos rosados, desde su elaboracíon, aunque su color diga lo contrario.

El vino clarete se define como el procedente de mostos de mezclas de uvas blancas y tintas o de sus mostos y cuya fermentación se hace en presencia de los hollejos tintos. Se tiene en cuenta que es una fermentación parcial la que se hace en presencia de los hollejos tintos y de corta duración para poder ostentar un color sutil. 

Según la definición de la comunidad Europea se elabora como un vino tinto pero con mezcla de mosto blanco. Es decir, la diferencia entre un rosado y un clarete es que mientras el primero se elabora como un vino un blanco pero con uvas tintas o mezcla de tintas y blancas, el clarete es como un rosado pero elaborado a la manera de los tintos con hollejos incluidos pero con periodos de maceración cortos.

En España, la Denominación de Origen Cigales y Rioja, han sido históricamente una de las regiones con una producción de claretes de mayor calidad, no obstante su producción se ha visto desplazada en los últimos años por la de vinos rosados y tintos. Aunque en Argentina a principios de siglo los inmigrantes solían degustarlo como vino de mesa hoy ya es casi ya un exotismo. Por eso bien vale rescatar la labor de bodegas tradicionales que todavía lo contemplan en su porfolio a modo de joyas de sus pequeñas producciones.

Un recomendado para iniciarse es el de la bodega salteña Tierra Colorada, por ejemplo, un clarete elaborado con la cepa nativa, la torrontés de la línea Desvarío, un exponente en versión dulce, elegante aunque muy “piletero”, un must be para beber al aire libre y sorprender en las juntadas con amigos en estos días de calor. 

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