Se nota el acento francés, el toque femenino del detalle y el poder del empoderamiento en cada copa con las cepas que maneja el viñedo ubicado en Vista Flores, fundando en 2003. Malbec, Pinot Noir, Syrah, Petit Verdot, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon y próximamente Souvignon Blanc y otras sorpresa de blancas ya que hoy destacan por el poder de las tintas y su propuesta enoturistica que también se las trae. Un proyecto que se agranda y suma a la hoy instalación de un complejo con 8 unidades boutique, donde se puede respirar el aire de la cordillera de los Andes, vendimiar y por supuesto degustar el menú de su carta, sus catas y visitas.
Gracias a las características únicas de suelo y de temperatura, esta región se ha establecido como la “nueva región para la producción de uvas finas”. Una zona privilegiada por la belleza incomparable de sus paisajes, conjugando las mejores condiciones climáticas y geográficas para la elaboración de vinos emblemáticos. Allí comenzó a echar raíces Antucura en la tierra de los habitantes originarios de la zona, en donde el pedregullo abraza las vides del terroir.
Antucura significa “Piedra del Sol” en la voz de aquellos habitantes bajo la antigua lengua mapudungun. Y traducido a números, un viñedo de 100 hectáreas – de alta densidad con 5500 plantas por hectáreas – , del cuál aún hay mucho para seguir descubriendo ya que sólo 30 ha se han plantado al día de hoy. La bodega descansa sobre una cuna de piedras canto rodado de origen glaciar, bajo condiciones óptimas para sus vides. Las noches frescas y los días llenos de sol acompañan la madurez de los granos que luego se seleccionarán manualmente.
Los viñedos de cepas de Cabernet Sauvignon y Merlot llegaron desde Pomerol – Francia – para unirse luego al Malbec, Pinot Noir, Syrah, Petit Verdot y Cabernet Franc. El proceso de elaboración por gravedad permite que sus granos no sufran presiones extremas, propiciando vinos que se gestan en condiciones extraordinarias.
La finca se hizo conocida por su assemblage de Grand Vin y Blend Selection que emulan los vinos de Pomerol en un clima más cálido. Barrandica completa la línea con un Blend, que debe su nombre a la calle que rodea la finca, y varietales. Una bomba que no necesita madera para sobresalir con su piracínica y equilibrada fórmula lograda como una secreta magistral de su enólogo, en tiempos de a veces desmesurada acidez . Una obra maestra que captura la esencia del terroir mendocino.
Con sus sutiles notas de frutas rojas, toques herbáceos y un final largo y sedoso, este varietal es el equilibrio perfecto entre fuerza y delicadeza.
Se animaron a un espumoso, Cherie, que es también un deleite sutil al paladar, de 100% Pinot Noir, a un precio realmente competitivo para la alta gama local, $ 20.000. Un final de burbujas pequeñas final que juegan en boca sin molestar. La corrección francesa, ya que la vinificación elegante, el estilo, se nota a cada trago, pero también hay que resaltar la identidad del poder del terroir local. Un diferencial para un portfolio que no para de crecer.
En la parte de Editorial Antucura trabaja, además, en la educación y la cultura del vino a través de libros inspirados por el terruño y la tradición argentina. Y ofrecidos al visitante en una biblioteca que puede recorrer también a disposición al visitar la finca. Etiquetas curadas por artistas y corchos con leyendas tan eternas como el recuerdo del interior de la botella. Basta descorchar para que antes de llenar la copa los comensales se peleen por leer lo impreso .
En el día del Cabernet, se adelantaron a presentar nuevas etiquetas, una especial de colección por el aniversario número 30 de la bodega en un espacio encantador, Amén, un bar de vinos para explorar en la periferia del distrito del vino, tal como alguna vez lo fue el Valle de Uco a las zonas tradicionales de vinificación de Mendoza. Cada detalle de servicio enriqueció sus propuestas, sin perder un detalle del recorrido virtual por el Valle de Uco.
Trilogia vertical para exploradores
En el día del Cabernet Sauvignon, decidieron diferenicarse y homenajear al padre de esta cepa el Cabernet Franc, ( el cabernet Sauvignon surge de su cruza con el Sauvignon Blanc), con una degustación vertical de sus destacadas etiquetas: mismo clon traído desde Pomerol desde sus comienzos, misma cepa pero de diferentes añadas. Cabernet Franc llamado asi en reconocimiento a Armand Jean du Plessis, cardenal- duque de Richelieu, quien llevo esta cepa de vino a la zona de Burdeos , Francia. Es una variedad de origen bordelés, muy cultivada en el Valle del Loira bajo el nombre de Breton y bajo el nombre de Bouchy en Basses-Pyrénées. Esta variedad se adapta mejor a climas cálidos, aún así encontró una expresión diferencial en la zona más cálida de la gélida Valle de Uco. Es muy parecida al Cabernet Sauvignon, pero es más temprana y por lo tanto en climas fríos madura muy bien y en forma plena a nivel de polifenoles.
Vigorosa y exige una poda larga y rica, adaptándose a formas expandidas de conducción. Presenta producción abundante y constante, de óptima calidad, sobre todo en terrenos de colina. Ampelográficamente se caracteriza por tener hojas de color verde oscuro, pentalobadas, más grandes, con lobulación menos marcada e indumento menos intenso que Cabernet Sauvignon.El racimo también ofrece diferencias con Cabernet Sauvignon, es más grande, más lleno y con bayas más grandes, esféricas y de un color negro azulado y sus hojas no están perforadas. Lo que hace un gran desorientador a la hora del adivinar qué es lo que está plantado en cada cuartel. La variedad Cabernet Franc en Argentina se encuentra presente en quince provincias vitivinícolas. En el año 2022 se registraron 1.685 ha cultivadas, lo cual representa el 0,8% del total de vid del país. La provincia de Mendoza tiene la mayor cantidad de hectáreas de esta variedad, seguida por San Juan con 128 ha, Salta con 43 ha y Neuquén con 30 ha.
Otro pero de Cabernet Sauvignon para recomedar
- Antucura Grand Vin 2012